
La Palabra de Dios, Simplificada
El libro de Jonás, mayo 2025.
Job le contesta a Elifaz en los siguientes dos capítulos, seis y siete. Básicamente Job pide piedad de las acusaciones de sus amigos y de Dios. Job le comunica que se siente herido “por las flechas venenosas de Dios”, 6:4. Job les asegura a sus amigos que él tiene conocimiento de cómo vivir con Dios y muestra ejemplos de su vida. En los versículos 23 hasta el 30, Job reta a sus amigos a que encuentre un mal en su vida o rompimiento de sus responsabilidades con Dios. Muy importante, Job acusa, indirectamente, a Dios al castigarlo sin Job haber hecho nada malo. Recuerden esta acusación.
Para nosotros una de las cosas que se deben resaltar es que la fe, el amor y la dedicación de Job con Dios están afectadas por la desgracia que vive. ¿Cómo nos sentiríamos nosotros de vivir algo igual? ¿Soportaríamos nosotros estar rodeados de amigos que nos culpan por la desgracia que vivimos en vez de tratar de consolarnos? Elifaz ha sido muy fuerte en su crítica, aunque fuese verdad que Job haya pecado, y esto se debe a su forma de ver a Dios cómo un Dios que castiga y no perdona nuestras faltas, sus acusaciones son severas. Como veremos en el octavo capítulo, Bildad es aún más rudo con Job en su acusación.
Una lección para mí es saber a quién escuchar cuando se trata de consejos religiosos:
“8Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo”. Colosenses 2:8.
Muchas veces los consejos religiosos vienen con doctrinas que no están basada en las palabras de Dios, y para nosotros las palabras que tenemos que creer, acudir y desarrollar fe son las que Jesús nos enseñó. Los consejos dogmáticos, o sea estrictos en opiniones, no incluyen la flexibilidad de amor que Jesús nos enseñó. Todos nuestros pecados, pasados, presentes y futuro ya están perdonados, Colosenses 2:13. Las palabras que el libro de Job tiene son los mandamientos de Moisés, Éxodo 20:3-5 y Job los cumplía eficientemente como vimos anteriormente, Job 1:5.
Bildad llama a Job hipócrita asegurándolo de que en algún momento en su vida había pecado o no cumplió con los mandamientos de Dios.
“5Si tú de mañana buscares a Dios, y rogares al Todopoderoso; 6Si fueres limpio y recto, ciertamente luego se despertará por ti, y hará próspera la morada de tu justicia”. Job 8:5-6. Así le acusa Bildad a Job.
Pero, ya sabemos que Job no solo cumplía con sus responsabilidades y fe en Dios, sino que también lo hacía por sus hijos. Pero, además Bildad acusa a Job de no tener derecho de interrogar las cosas del pasado, Job 8:8-14. Los que pecaron se olvidarán del camino de Dios y morirán, pero de ellos saldrán renuevos y los que no pecan tendrán gozo. Bildad entonces hace la declaración imposible de realizar:
“20He aquí, Dios no aborrece al perfecto, ni apoya la mano de los malignos”, Job 8:20.
Y aconseja a Job que camine el camino de Dios sin pecar como nuevo renuevo. Es el mismo consejo que le dio Elifaz, pero desde un punto positivo: 'Si eres perfecto, Dios te apoya en tu vida'. Primero, el problema es que nadie es perfecto. Entonces, ¿se dicen estas palabras por decir algo, o en realidad se consideraban estos hombres perfectos al pensar que cumplían con Dios al seguir mandamientos y cultura?
Segundo, si los hombres se consideraban ‘perfectos’, entonces no necesitaríamos a Jesús. Se entiende más que nunca la necesidad de que Jesús viniera al mundo para rescatarnos con ‘las buenas nuevas’ porque en ellas nos dice que Jesús es el único que nos otorga salvación al sacrificarse por nosotros. La sangre de animales ya no es conocida como una fuente de limpieza para nuestros pecados; solo la sangre de su Hijo, Jesús. En esta fe nos basamos, no en que podemos perfeccionarnos con buena conducta.
“5Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separado de mí nada podéis hacer”. Juan 15:5.
Conclusión, al ser todos pecadores los sacrificios de animales son remplazados por el sagrado sacrificio de Jesús. Por eso, solo a través de Jesucristo logramos tener salvación. Este mensaje de Jesús nos asegura hoy en día que la atadura permanente con Él es requisito para triunfar con Dios. Vuelvo y le repito en aquellos tiempos la fe de estos hombres estaba basada en honorar a Dios y su fe crecía según ellos sentían su acercamiento con la Gracia de Dios en sus vidas. La influencia de agregar leyes según la cultura, a través de su interpretación, para su beneficio lo único que logra es agregarle una carga adicional a su dedicación con Dios en sus vidas.
Sentirse que se puede lograr “perfección” en este mundo era una de esas y, por lo tanto, de no ser perfecto es la acusación de Bildad. Gracias debemos darle a Dios por haber mandado a su Hijo para darnos las buenas nuevas que, aunque somos pecadores nuestra salvación está asegurada por la sangre que derramó Jesús por nuestros pecados y que el nuevo mandamiento está basado en amor.
Los mandamientos y cultura son simplificados por Jesús cuando estuvo con nosotros estos hombres tenían demasiados reglamentos que seguir, se aferraban a obedecerlos asegurándose de tratar de seguir los que más le resaltaban. Aun así, Job sentía que ese no era su problema e interrogaba por qué tener que vivir su presente situación. Al responderle a Bildad en el capítulo 9, Job comete errores contra Dios los cuales Dios le recordará más tarde:
“Aunque fuese yo justo, no respondería …” v.15.
“Si me respondiese, aun no creeré que haya escuchado mi voz”. V.16.
“Porque me ha quebrantado con tempestad, y ha aumentado mis heridas sin causa”. V.17
En estos versículos Job critica a Dios como injusto y hasta abusivo con su poder. En el versículo 35 Job llega hasta amenazar a Dios reclamándole sin temor al hablarle, justificándose que él, Job, no está en sus cabales y por lo tanto no se puede tomar en su contra porque no sabe lo que dice:
“Entonces hablaré y no le temeré; porque en este estado no estoy en mí”. Job 9:35.
Entramos al capítulo once con las palabras de Zofar que también es dogmático en su teología. Zofar está seguro de que Job es un mentiroso porque Job sabe que oculta la verdad de sus faltas: versículos 1-6. No hay piedad de su parte porque hasta llega decirle que lo que está pasando “es menos de lo que se merece”, en otras palabras, debería ser peor el castigo, v.6. O sea, describe a Dios como un Dios castigador.
Desde el versículo 7-12 Zofar acusa a Job de no tener los grandes atributos de Dios, pero no justifica que Job es culpable, solo lo acusa de ser inferior a Dios. Job ya le había reconocido a Dios todo el poder de tratarlo cómo lo estaba tratando; pero no entiende aun la justificación del por qué: capítulo diez, versículos 4-17. ¿Por qué lo acusa Zofar de algo que ya Job había reconocido? Porque es su forma de acusarlo de mentiroso, o sea, sus palabras no son verdaderas. “Tú sabes el poder de Dios, pero nos ocultas la verdad de lo que hiciste mal,” le dice Zofar. Le aconseja que se arrepiente de sus faltas vs. 13- 20.
En el capítulo 12 veremos la respuesta de Job para sus tres amigos. Su respuesta está basada en la honestidad de su ministerio con Dios. Cosa que debemos de aprender de Job.
“2Antes bien renunciaremos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino, por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios”. 2Corintios 4:2.
Esta fue la conducta de Job. Nosotros tenemos las palabras de Pablo para enseñarnos este concepto de ser honesto en nuestra conducta con Dios. Al hablar con Dios, que es la forma correcta de orar con Dios, debemos de confesar conscientemente nuestras faltas y pedirle a Dios que se manifieste en ayudarnos a dejar las conductas ocultas vergonzosas que nos hacen pecar. Los dejo hasta el mes que viene en compañía de Dios.
El libro de Jonás, abril 2025.
Cerramos el mes pasado con la promesa de Jesús que aun en nuestras molestias mundanas podemos encontrar paz interna al creer en Él. La situación de Job fue tremenda, pero el aceptó la situación basándose en su fe. En este punto en su vida dicha fe estaba basada en su humillación al orarle a su Dios. La humildad nos desarrolla amor, arrepentimiento y perdón hacia las experiencias que nos causan molestia de vivir situaciones indeseables.
"67Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; más ahora guardo tu palabra”. Salmo 119: 67
Ahora, veamos el capítulo tres: Job inicia manifestando lo insatisfecho e infeliz que se siente con lo que él considera injusto de su presente situación, por eso maldice el día en que nació. Él se refiere a las riquezas que le fueron arrebatadas, algunas trabajadas y otras bendecidas por Dios. En vez de iniciar algo que terminaría mal, es mejor que nunca se hubiera iniciado era su pensamiento. Miremos lo similar y lo diferente entre Jonás y Job. Job pidió su muerte en vez de ver al pueblo de Nínive perdonado de sus pecados. Job prefiere no haber nacido si su vida iba a terminar en dicha catástrofe. Job no encuentra lógica a un sufrimiento de tal magnitud. En ambos casos los dos rechazan las decisiones de Dios. Jonás por perjuicio contra el pueblo de Nínive y Job al no estar de acuerdo con su injusta situación.
Job en ningún momento de su discurso considera haber pecado intencionalmente. Estaba seguro de su dedicación con Dios. Él no le reclama a Dios nada en absoluto de su presente situación, solo trata de encontrar lógica en ¿por qué terminar en mal algo que fue tan bueno? Ósea, las cosas malas que está viviendo, pero lo acepta.
Jonás, sin embargo, trata de encontrar lógica en ¿por qué salvar a personas que eran tan malas y perversas? En ambos casos Dios respeta los argumentos de ambos hombres escuchándolos antes de contestarles o reaccionar. Esto es una lección de importancia para nosotros. Dios siempre está dispuesto a escucharnos, aunque estemos errados en nuestras peticiones y es a veces muy paciente con nosotros al contestarnos. Esto se debe a que el tiempo de Dios y sus decisiones no está controlada por nosotros. Dios, mejor que nadie, sabe lo que mejor nos conviene y cuando.
Tenemos que hacer una parada con los libros de Jonás y Job para darle luz a ciertos conocimientos necesarios antes de seguir. El primero es que ambos libros fueron escritos antes de la llegada de Jesucristo. Veamos brevemente datos históricos de la biblia de por qué Jesús llega en el tiempo y momento en que llegó. Dios seleccionó a un buen hombre llamado Abraham y le dijo que haría una nación de su generación que cubriría al mundo, Génesis 12:1-3. Por eso Abraham se considera el padre de la fe y de la raza judía porque él creyó las promesas de Dios. Para los cristianos Abraham es también nuestro padre en la fe que al mostrarnos que Dios siempre cumple sus promesas, aunque se vean imposibles. Esa es la fe que debemos tenerle a las promesas y enseñanzas que nos dejó Jesús.
A través de la descendencia de Abraham Dios establece su pueblo judío y luego los libera de la esclavitud egipcia y los lleva a la tierra prometida. Al darse el pueblo judío a conocer como un pueblo bendecido en riquezas, otros pueblos basados en diferentes culturas pelean contra los judíos para quitarles sus bienes. Es en este período que los judíos le piden a Dios que los gobierne un rey como en todas las otras naciones. Al rechazar a Dios como su gobernador en el mundo se incrementan las guerras y los reyes David y Salomón gobiernan a los judíos con gran éxito pero, después sus hijos terminan mal como reyes al violar las leyes de Dios.
Dios decide enviarle a Jesús a su pueblo judío para darles su palabra directamente y educarlos a lo que Dios quería que los judíos respetaran como mandamientos ya que se había abusado de las leyes exagerándolas o añadiéndoles rutinas y otras creencias. Pero, lo más importante fue terminar con los sacrificios de animales y substituirlos con la vida de su propio Hijo, Jesús. Como los judíos no creyeron en Jesús apropiadamente, Jesús le abre la salvación a todo el mundo y esto nos incluye ahora a nosotros los gentiles, ósea, los no nacidos como judíos. Hoy sabemos que, sin Jesucristo, no hay salvación para nadie, Juan 15:5. Entonces ¿qué salvación tenían los judíos si no había llegado Jesús? Los diez mandamientos.
Los diez mandamientos, Éxodo 20:1-17, fueron establecidos juntos con los otros mandamientos del pueblo judío. El libro Deuteronomio 5:6-21 acumula alrededor de más de 600 mandamientos para los judíos. Claramente su propósito no fue para que el hombre los pudiera seguir todos para conseguir la salvación en el cielo. Dios los fundó para que el hombre entendiera que los mandamientos son imposibles de cumplir, Eclesiastés 7:20 y Romanos 7:7-11.
Por lo tanto, somos pecadores. Nuestra fe es creer en Jesús como nuestro salvador. Jesús redujo los mandamientos a lo básico de entregarnos a Dios en fe y amor, Mateo 22:37. Es esta fe y esperanza en Jesús lo que nos enseña que dependemos de la misericordia y gracia celestial de Dios por el amor que le dediquemos a su Hijo, Jesucristo.
Jonás y Job no tenían esta información. Entonces, tanto Jonás y Job basaban sus salvaciones orando, haciendo sacrificios y tratando de ser los mejores servidores a Dios mostrando humillación y amor. Por eso encontramos a ambos en total comunicación con Dios e interrogando por qué estaban pasando lo que pasaba en sus vidas. Pero Dios no se molesta en contestarle a ellos, porque esa era la única manera de hacerlos entender que Dios estaba en control de su creación. Ahora sabemos, por las enseñanzas de Jesús que Dios siempre trabaja para nuestro bien y en su tiempo; ellos no tenían dicha información certificada por Jesús y revelada por Pablo: Romanos 8:28.
Jonás y Job se guiaban por su propia fe y por agradar a Dios siguiendo las leyes lo mejor posible. Por eso nuestra salvación no puede estar basada en nuestra “buena” conducta sino en un sacrificio completamente sagrado basado en la sangre de Jesús Él cual se entregó humildemente para nuestra salvación. Ese sacrificio de Jesús, el Hijo de Dios, abarca todos los pecados del mundo y como resultado tanto Dios como su Hijo sufrieron por nosotros al tener que separarse en la cruz. Mateo 27:46.
Entonces, es claro entender que lo que estos hombres manifiestan al mostrar sus disgustos es interrogar si el amor que siempre demostraron a Dios tuvo valor. Continuemos entonces con el capítulo cuatro de Job para contestar esta pregunta. Elifaz le aconseja a Job incorrectamente porque Elifaz es un hombre dogmático ósea, un hombre que sigue las leyes religiosas en su totalidad absolutamente y las cuales no se pueden interrogar.
“5Más ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas; y cuando ha llegado hasta ti te turbas”. Job 4:5.
Elifaz no estaba presente cuando la esposa de Job le aconseja “que maldiga a Dios”, 2:9, y Job la corrige al decirle que se tiene que aceptar lo bueno y lo malo de Dios. Esta es la misma acusación de Elifaz, Job esto ya lo sabía y lo había vivido. El segundo error, es que al Elifaz haber experimentado la experiencia de un espíritu en uno de sus sueños, se siente superior a Job por esta experiencia. La implicación es que, al ser superior, Job debe de aceptar sus consejos sin interrogación. El tercer error es concluir:
“7… Así el hombre nace para la aflicción”. Job 5:7.
“17He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso". Job 5:17.
Esto también es incorrecto porque el hombre nace para adorar a Dios, no para la aflicción. La aflicción, es cuando reaccionamos infelizmente al tener la pérdida de un ser amado o un objeto de gran valor sentimental o de importancia. Tampoco, somos bienaventurados porque Dios nos castiga, ambas promesas son negativas. Dios nos hizo por amor y para tener una relación con nosotros de dorarlo por lo grandioso que es tenerlo como nuestro Padre.
“14Porque no te has de inclinar a ningún otro Dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es”. Éxodo 34:14.
Es basado en esta ley que Job oraba todos los días y hacía sus sacrificios y hasta los de sus hijos. Job sabía que primero Dios y todo lo demás después. Job no tenía aflicción de una perdida, su infidelidad estaba basada en porqué después de tanto bien llegaba este mal. No entendía el razonamiento del desperdicio de todo lo positivo al terminar en absoluta ruinas. Su lógica era, mejor nunca haberse iniciado lo positivo, sí el final de su propósito era terminar en un mal total. Claro que se apenaba por la muerte de sus seres queridos y la perdida de todo lo trabajado. Pero, era el final el que Job interrogaba porque terminaba en destruir su fe, que si obedecemos y amamos a Dios cómo él lo hizo, nuestras vidas deberían terminan positivas para nosotros y los que dejamos atrás, y no era así.
¿Es prudente demandar razonamiento de las acciones de Dios al nosotros no tener paciencia en obtener una respuesta a nuestras oraciones? Esta es la pregunta para nosotros en los tiempos que vivimos. ¿Es usted paciente con Dios? Si lo amamos, esperaremos sus decisiones en nuestras vida con la certeza de que solo trabaja para nuestro bien.
Hasta el mes que viene. Espero que sigan su lectura a partir del capítulo cinco. Queden con Dios.
libro de Jonás, marzo.
Llegamos al capítulo cuatro de nuestro estudio y ahora aprenderemos cómo nuestra actitud nos puede influenciar hasta la misma muerte. Esto no quiere decir que deseamos la muerte al Dios no darnos las cosas que le pedimos como lo hizo Jonás. Quiere decir que cuando nuestras acciones van en contra de las de Dios, nos estamos alejando de los deseos de Dios y eso implica que nos estamos matando por nuestra propia terquedad. Sí al pedir no sabemos cuál es la voluntad de Dios, tenemos que analizar más profundo que es lo que deseamos.
Nuestras oraciones no pueden reflejar que solamente lo que deseamos nos conviene. Así nos educa Dios. Además, mientras esperemos la respuesta por parte de Dios, tenemos que preguntarnos ¿qué tanto necesito lo que estoy pidiendo, que aún Dios no me lo otorga? Cuando aceptamos la voluntad de Dios, aunque no la entendamos inmediatamente, mostramos nuestro más elevado estado de humillación y de fe. Esto le agrada a Dios.
Sí pataleamos y nos decimos en nuestro corazón “déjame probar hacer mi voluntad mientras Dios me responde”, nos encontraremos en problemas. Analice en su corazón cuantas veces usted ha hecho esto y cuantas veces le ha salido mal. Cuando le pedimos a Dios, tenemos que saber esperar. Estudiémoslo fuertemente. Jonás era un profeta de Dios. Hablaba con Dios directamente. Podía realizar la voluntad de Dios en las demás personas. Pero, aun así, desobedeció a Dios. Se engrandeció más que Dios en juzgar a los demás. ¿Qué nos deja a nosotros que no somos profetas y que obviamente no tenemos un poder tan grande y personal como el que tuvo Jonás con Dios? ¿Tendremos éxito al llevarle la contraria a Dios en nuestras decisiones? Miren por un momento las cualidades que Jonás no deja de reconocer de Dios.
Jonás, antes de rechazar la decisión de Dios y Dios perdonar a Nínive acredita a Dios con las siguientes experiencias que ya había vivido con Dios:
* “sabía que era un Dios clemente”
* “sabía que era un Dios piadoso”
* “sabía que era un Dios tardo en enojarse”
* “sabía que era un Dios de grande amor”
* “sabía que era un Dios que perdona a los que cometen mal”. Jonás 4:2.
¿Cómo es posible reconocer estas cualidades de Dios, a través de experiencias vividas, y aun así querer llevarle la contraria? Al evaluar estas declaraciones por parte de Jonás es fácil ver su terquedad y es fácil juzgarlo como un engreído. ¿Se puede tener una relación tan personal con Dios, como la tuvo Jonás, y ser engreído? Veamos a 4:2 de nuevo, en parte:
“… ¿no es esto lo que decía estando aún en mi tierra? … que te arrepientes del mal”. Jonás 4:2.
Jonás sabía lo que pasaría sobre su perjuicio personal, Dios no cambiaría de hacer su deseo y perdonar el mal de los ninivitas. Noten que Jonás no quiere huir de la presencia de Dios; ya sabe que Dios es omnipresente y no podrá escapar de Dios aun dentro de un pez. Su conclusión ahora es querer dejar de existir y pide su muerte. Así no estaría presente en este mundo. Su objetivo, es no tener que obedecer a Dios más en esta tierra. Especialmente cuando los que se benefician son los gentiles. Noten que esta decisión Jonás la repite en los versículos 4:3, 4:8 y 4:9.
“3Ahora pues, oh, Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida”. Jonás 4:3.
Pero, recuerden que antes de esta decisión, al terminar su oración a Dios en Jonás 2:9, Jonás afirma que “la salvación es de Dios”. Para mí, Jonás tenía toda la fe que estaría con Dios después de su muerte. Con lo que Jonás no podía vivir era que Dios, al ser tan misericordioso, podía perdonar los pecados de los que Dios consideraba merecían su perdón. Por esto nos enseñó Jesús a no juzgar a los demás. No sabemos las decisiones de Dios y mucho menos mostrarnos enojados contra nuestro creador.
Al enojarnos con Dios buscamos la muerte infinita lejos de su santa presencia. Ahora veamos la lógica de Dios para darle entendimiento a Jonás. Dios interroga a Jonás con los últimos eventos de este libro después de la salvación de Nínive. Circunstancias que Dios le regaló a Jonás y que obviamente le agradaron porque eran para su beneficio, pero que Jonás no pudo controlar.
“¿Qué vale más el placer que te puede dar la sombra de una planta o salvar la vida de ciento veinte mil personas?”
“¿Qué vale más, la lástima que tu sentiste por la pérdida de la calabacera, que la pena que yo siento si no perdono a ciento veinte mil personas?” Jonás 4:9-11.
Pero, Dios lo lleva más allá y hace a Jonás realizar que ni la calabacera, que le dio placer, ni el gusano, que le quitó el placer, ni la populación de los habitantes de Nínive fueron creados por Jonás y; por lo tanto, Jonás no tiene derecho ni potestad de enojarse por la existencia ni el futuro de Nínive. La conclusión es que todo lo que existe le pertenece a Dios y, por lo tanto, Dios decide hacer lo que Dios quiere nos guste o no. Lo importante es que si amamos a Dios cómo Él nos quiere a nosotros, entonces al obedecerlo con circunstancias que nos desagraden, incrementaremos nuestra fe porque el resultado final siempre es para nuestro bien y beneficio. En esto está basado la fe, obedecer a Dios nos guste o no, porque Dios siempre trabaja para nuestro bien.
Veamos está relación cercana con Dios más detalladamente de otro personaje de mucha importancia en la biblia. Este hombre fue Job. Se debe de leer el libro de Job en su totalidad para continuar con este estudio para mejor entendimiento. Job no era un profeta, no tenía una comunicación directa con Dios. Sin embargo, la devoción de fe que Job tenía era incomparable con el resto de la humanidad. Por lo que Dios no dudo en poner la fe de Job a prueba con Satanás. Satanás cree que si el hombre no es bendecido con cosas materiales por Dios, el hombre no tardará en “blasfemar contra Dios en su misma presencia”. Job 1:11.
A pesar de Job perder todos sus ganados, trabajadores, sus hijas e hijos, y lo demás que poseía, Job dijo en voz alta … “sea el nombre de Jehová bendito”. Job 1:22. Job perdió todos sus bienes materiales, incluyendo seres queridos, pero se mantuvo fiel. Esto llevó a Satanás agregar que sí el hombre pierde la salud con que Dios le bendice, entonces Job “blasfemaría contra Dios en su misma presencia”. Job 2:4-5. Pero, de nuevo la reacción de Job sorprende: “… ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?” Igual que la primera vez, “en todo esto no pecó Job con sus labios” incluso cuando su esposa le recomienda a Job: “maldice a Dios, y muérete”. Job 2:9-10.
La respuesta de Job es clave para entender muchos de los razonamientos de la humanidad de hoy. ¿Recibiremos el bien y no el mal? La implicación es que cuando las cosas no se dan según nuestros deseos lo vemos como un mal. Pero, al Dios negarnos lo que deseamos es porque algo mejor vendrá para nosotros. Vuelvo y repito, Dios siempre obra para nuestro bien, siempre y cuando nuestros deseos no violen sus mandamientos. Esto debería de incrementar nuestra fe cada vez que vivimos dichas experiencias.
Estoy de acuerdo con Job que la acción de los padres enterrar a los hijos no es placentero. En la línea del tiempo estamos acostumbrados a que los más viejos mueran primero, pero esto es una norma para nuestro Dios. La norma de Dios es siempre darnos lo mejor para los que en El creen. Dios le advirtió a Adán y a Eva que todos moriríamos, pero no dijo cuándo, este fue parte del castigo por desobedecer y dejarse engañar por Satanás en el paraíso.
“19 … pues polvo eres y al polvo volverás” … 22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no se alargue, y tome también del árbol de la vida, y viva para siempre. 23 Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado”. Génesis 3:19-23.
Desde el paraíso tenemos la muerte presente, pero la muerte nos es negativa. La muerte es lo que nos llevará ver y vivir la presencia de nuestro Dios por una eternidad en el cielo. Job mostró una fe enorme al aceptar la voluntad de Dios en su vida; Jonás desobedeció a Dios, hasta desear la muerte, porque la voluntad de Dios no era de su agrado.
“1De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en habitan. 2Porque Él la fundó sobre los mares, y la afirmó sobre los ríos”. Salmo 24:1-2.
Dios está en control de su creación. Los dejo este mes con este pasaje para que se entienda que Dios dispone de lo que es suyo como Él quiere. La promesa es que, al nosotros aceptar sus deseos en nuestras vidas, nos acercaremos más a Él y viviremos bendecidos. No siempre es fácil, cómo veremos el próximo mes, pero nadie le puede decir que el desarrollarnos como cristiano no tendrá sus tribulaciones.
“33Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz, En el mundo tendréis a aflicciones; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Juan 16:33. Promesa de Jesús.